martes, 7 de octubre de 2008

Metrópolis: el desastre más inmortal de Lang.

Título Original: Metropolis.
País: Alemania.
Año: 1927.
Género: Ciencia Ficción, Drama, Fantasía, Utópico.
Duración: 157 min.
Estudio: Universum Film (UFA).
Director: Fritz Lang.
Ficha: http://www.imdb.com/title/tt0017136/

Pocas películas han tenido una historia tan desastrosa como esta joya de Lang. Fue el 10 de enero de 1927, cuando los 4.189 m. de película a 16 cps., algo así como 228 min., se estrenaron en Berlín, y fue una de las últimas veces en que pudo ser exhibida así: tal cual como había surgido de las mentes de Lang y Thea. La película fue recibida muy tibiamente por el público: la mezcla entre lucha de clases al estilo marxista con el cooperativismo de clases más propio del nacional socialismo; los despliegues monumentales de la obra en escenarios y extras; los símbolos de origen religioso; la variada arquitectura; los extraños e inútiles trabajos que se muestran al espectador y, quizás más importante, la extremada ingenuidad de la obra, no iba quizás con el espíritu de la época. El hecho fue que la película más costosa de la República de Weimar, rondaba los 7 millones de Reichsmark (algo así como 200 millones de dólares), y era demasiado larga en opinión de los estudios que la produjeron, amén del fracaso en taquilla.

Pese a todo el esfuerzo hecho por que crear esa aura de “majestuosidad” en casi todos los aspectos de la película, esta padeció las consecuencias de ello. Primero se realizó una versión más corta de la película para ayudar a su comercialización. ¿Versión más corta? Mejor dicho, se hizo una nueva película con mil metros de la cinta original. Tal mutilación se debió a Channing Pollock, el cual le gustaba tanto la película que expresó de ella: "La historia es la de un inventor que, sintiéndose mal por su viudez, se construyó a sí mismo una segunda esposa hecha de acero. En la cama, durante las noches de invierno, debió haber sido una compañía algo incómoda". La mutilación que hizo del film, y la Segunda Guerra Mundial provocaron dos cosas: que se la tildara de “tonta” y se olvidara por mucho tiempo, y que se perdieran las copias originales de la película, haciendo que la restauración de su memoria sea sumamente dificultosa.

Hoy tenemos una versión incompleta del film (queda todavía una escena importante que no ha sido hallada), producto de grandes esfuerzos de restauración y descubrimientos accidentales de copias del celuloide, pero lo que queda es suficiente para apreciar el sueño ingenuo de “No habrá entendimiento entre la Mano y la Cabeza sin el Corazón actuando como mediador” con las dimensiones de su puesta en escena; valoradas como Patimonio de la Humanidad por la Unesco. Vale la pena, así sea sólo por admirar esta majestuosidad omnipresente en el celuloide.

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