miércoles, 12 de enero de 2011

Regresando a mi identidad

Hace poco me dijeron "el trabajo de un escritor es... escribir", esto suena muy sencillo y bastante fácil de cumplir, pero la realidad es que practicarlo conlleva mucho más, es lo que impulsa a un escritor a escribir lo que es complicado de obtener. No es mi intención generalizar, ni puedo definir simplemente algo que todas las personas dedicadas a escribir tengan en común, puesto que esto sería una tarea megalómano y egocentrista (lo cual me hace el hombre perfecto para la tarea).

Pero hay algo que si puedo decir, y es algo común para todas las artes, cuando el chef cocina, cuando el pintor pinta, cuando el escritor escribe, etc. y es que todos lo hacen porque sienten la necesidad, porque se les vuelve inevitable hacer lo que hacen, porque los atormenta la creatividad y necesitan un escape.

Hace ya mas de 2 años que este blog ha estado inactivo, mis disculpas para los pocos (pero fieles) seguidores del blog, realmente nunca fue algo hecho con intención ni alevosía, sólo fue que yo dejé de sentir esa necesidad, no me refiero a la necesidad de escribir sino a otra mucho más grande, que bueno ya les diré...

El camino de una persona hacia su identidad está lleno de desvíos y obstáculos, es un asunto bastante delicado del cual casi nunca suelen hablar o en mi opinión no lo hablan sinceramente, no me refiero a la identidad social, es decir nuestro nombre y documentación, ni siquiera como lucimos, nuestros padres, colegio al que asistimos, etc. si bien estos son componentes de nuestra identidad no son cruciales para lo que estoy intentando hacer referencia. La identidad a la que me refiero va mucho más allá, sólo puede ser comparada con algo tan carnal como la piel y algo tan espiritual como el alma (que es otro concepto cuasi imposible de definir), es una especie de autoaceptación, es aquello que nos hace reaccionar de la forma particular en que reaccionamos, es aquello que somos y a su vez todo aquello que deseamos ser (temo que me estoy explicando muy pobremente), así que lo pondré en un ejemplo más personal (no tienen idea de cuan personal).

Soy un hombre homosexual y amanerado (no una loca), no es demasiado amanerado de forma que cualquier homofóbico y/o conservador (sinónimo de imbéciles) enciendan antorchas al verme, pero si son gestos que indican claramente mi condición sexual. Hace ya mucho tiempo una persona me pregunto (intentando hacerme un favor) lo siguiente: "¿Por qué no actúas más como un hombre y dejas de mariquear?", a mi manera de interpretarlo me estaba diciendo ¿Por qué no adquiero maneras más masculinas y te ahorras problemas?, en el momento no supe que responder, estaba en el clóset, era tímido e inseguro, en otras palabras, un guevón.

A partir de ese momento la pregunta me ha retumbado en el oído y me ha atormentado de vez en cuando, y también he deseado que me hicieran esa pregunta una vez más, a la persona que hoy soy, cómo nadie mas me la ha vuelto a preguntar ahora me la planteo y me la respondo yo mismo, ¿Por qué no eres más como un hombre y dejas de mariquear?

Ahora respondo, "Porque sería falso e hipócrita, no creo que ser un hombre sea sólo hablar en voz grave, maldecir, hablar de carros, culos y porno. Eso sólo es un mastodonte, creo que ser un hombre es hacer lo correcto, creo que ser un hombre es tomar tus decisiones, creo que ser un hombre es vivir con las consecuencias de esas decisiones que tomas, al ser como yo verdaderamente soy estoy siendo un hombre, cada día que paso siendo yo estoy siendo un hombre, soy más hombre cuando soy quien soy y cuando me acerco a ser lo que siempre soñé."

A este tipo de identidad es al que me estoy refiriendo, a aquella que nos moldea por dentro y nos hace ser lo que somos, virtudes, defectos y sueños, cuando dejé de escribir en el blog lo hice porque había perdido contacto con mi identidad, me vi forzado por mí mismo y mi entorno a cursar una carrera que nunca he deseado, me forcé a mí mismo a abandonar un sueño, a abandonar lo que soy, por ende abandonar mi identidad.

Sin embargo, gracias a personas que uno encuentra en el camino he vuelto a reencontrame con mi sueño, a sentir hambre por aquellas cosas que deseo y mas importante a perseguirlas activamente, debo disculparme con mi compañero bloguero por egoístamente arrastrarlo en la inactividad producida por busqueda de identidad y sobre todo, debo agradecer a aquellas personas que me inspiraron y cuyos sueños ayudan a mantener vivos los míos, Carlos, César, José Miguel, Néstor, Estefanía, Laura y Orlando.

Ahora vuelvo a sentir esa necesidad.

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