Después de que el año pasado Martin Scorsese ganara el premio, es hasta lógico que este año se lo llevara Robert De Niro: director y actor que se han juntado para hacer algunas de sus mejores películas. Juntos, al mejor estilo de la Pequeña Italia, estos dos italoamericanos se dieron a conocer en los 70’s y nos mostraron que no sólo había música de niños pendencieros y desadaptados (es decir el punk), sino que habían películas de personajes sombríos, recorriendo calles oscuras y siempre del lado de la ley de los que no llevan uniforme.
Mean Streats (1973) una película sobre el pecado en mafiosos italianos; Taxi Driver (1976) sobre la alienación y la conflictividad con el mundo exterior; New York, New York (1977), junto a Liza Minnelli, de un matrimonio cada vez más dividido; Raging Bull (1980) acerca de la personalidad de un campeón de boxeo; The King of Comedy (1982) que nos muestra la obsesión de un comediante por alcanzar la gloria; Goodfellas (1990) mostrando la amistad y los negocios entre tres mafiosos; Cape Fear (1991), remake que habla de la venganza de un ex presidiario; y Casino (1995) del glamour y la brutalidad en los casinos de Las Vegas; fueron las películas que hicieron juntos.
Pero De Niro hizo mucho más. Fue el famosísimo mafioso Vito Corleone, pero joven, en The Godfather, Part II (1974), el soldado Michael Vronsky en la película sobre los efectos de Vietnam en los pequeños pueblos norteamericanos en The Deer Hunter (1978), un paciente catatónico llamado Leonard Lowe que es sacado de su coma por un nuevo químico en Awakenings (1990), y que junto al taxista Travis Bickle, el boxeador Jake La Motta, los mafiosas Jimmy Conway y Sam "Ace" Rothstein, y el ex convicto Max Cady, son sus personajes más recordados.
Se labró una carrera con personajes neuróticos, duros, la mayoría de los casos egoístas y agresivos. Suyo siembre será el monólogo frente al espejo de “¿Me hablas a mí?”. Parte de su legado es también su extrema dedicación al momento de encarar sus personajes: nació zurdo pero aprendió como ser diestro cuando el personaje lo requiere, aprendió a boxear y a tocar el saxofón para dos de sus papeles, también pasó un tiempo en Sicilia para poder hablar el acento siciliano y estuvo unas cuatro semanas de taxista para ver como era la experiencia. Pero lo más impresionante ocurrió cuando le pagó 5.000 dólares a un dentista para que hiciera de sus dientes un desastre para interpretar a Max Cady, que nunca en su vida tuvo para pagar unos frenillos, y terminado el rodaje pagó 20.000 más para que se los dejaran como estaban antes.
En algún punto decidió que no era bueno encasillarse y decidió empezar a hacer comedia, muestra de lo cual es el ex agente de la CIA Jack Byrnes en la hasta ahora trilogía de los Fockers. Que si lo vemos bien es el chico rudo y neurótico típico de los personajes de De Niro, solo que reducido a un gracioso padre gruñón.
Este medio italiano, con ascendencia irlandesa, es, en definitiva, un nombre ligado a la industria de Hollywood.
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