viernes, 25 de febrero de 2011

El hombre dorado y su Historia

oscar invasion new york

Hace un tiempo hablando con una compañera de clases, debatiendo entre muchas cosas relacionadas con cine, hablamos de los Oscars, mi compañera expresó cierto descontento hacia la legendaria Academia (descontento el cual en gran parte comparto), pero en un punto de la conversación ella sostuvo que: “prefiero ganar una Palma de Oro que un Oscar”, yo inmediatamente le dije: “¡Mojonera!” (Mentirosa para los que no conocen la jerga coloquial venezolana), todos los que sueñan con hacer cine sueñan con ganar un Oscar, siempre he estado convencido de esto, esto no significa que no hayan ciertos idiotas con pseudo integridad punk, o complejos mentales anti-stablishment que opinen sobre la falsedad y el mercadeo de la Academia, opiniones las cuales comparto en su mayoría pero eso no quiere decir que me engañe a mí mismo con falsas pretensiones, por encima de cualquier otro premio de cine para mí el sueño máximo sería el Óscar.

Desde 1929, los premios de la Academia de han erigido como un ícono de la cultura cinematográfica y ciertamente desde un principio representó éxito comercial, la primera ganadora del Óscar como primer película Alas (Wings), habiendo ganado 2 millones en la taquilla antes de los premios (una fortuna para la época), luego de haberse llevado la estatuilla llegó a recaudar hasta 6 veces esa cifra. Pero antes los premios no tenían emoción, los ganadores eran anunciados a la prensa meses antes, luego eran anunciados unas pocas horas antes de la ceremonia de manera que los periódicos que en su mayoría imprimen a medianoche pudieran tener una lista de las ganadores completa en la edición matutina al día siguiente, hasta que se empezaron a filtrar algunos de los resultados antes de la ceremonia por lo cual se creó el famoso sobre sellado que ya todos conocemos. La autoría del nombre Óscar es una leyenda bastante debatida, algunos lo atribuyen a Margaret Herrick secretaria de la MGM que viendo la estatuilla dijo: “¡Vaya, se parece a mi tío Óscar!”, la revista TIME le atribuye el nombre de la estatuilla a Ms. Bette Davis que al recibir su Óscar por mejor actriz en 1936 hizo referencias a lo parecido del premio con su entonces esposo Harmon Oscar Nelson, esta historia es más probable debido a la presencia de la prensa y la validez de la revista TIME, pero la historia de la secretaria ha tenido mucho más difusión puesto que es mucho más fortuita y tiene una especia de magia y alegría clase obrera.

La primera transmisión televisada de los Óscar fue en 1953, y antes de ésto era transmitida la ceremonia incompleta por radio, y la primera vez que fue transmitida en color fue en 1967. Con todo esto no quiero ahogarlos en un mar de conocimiento que a la larga no les interese, sino demostrar lo rico y profundo de la historia de un patrimonio tan grande como lo es el Óscar, entonces bien es cierto que el Óscar premia a la industria antes que los méritos artísticos, en muchos casos es cierto, existen algunos ganadores de la estatuilla que no tienen sentido alguno: ¿cuántas veces no me he cansado de ver que premien a una estrella en vez de a un actor?, sólo de prueba está el año pasado cuando la terrible Sandra Bullock gano el galardón de la mejor actriz por su mediocre interpretación en la mediocre película “The Blind Side” y cuando la pésima Penélope Cruz ganó el premio por su terrible actuación en “Vicky Christina Barcelona”, se me ocurren muchos más, pero debido a que es un tema tan extenso lo dejaremos para otra entrada.

También tengo un problema con la categoría de Mejor Película de Lengua Extranjera: mucha gente critica la política de que sólo se puede nominar una película por país, países como España, Italia, Suecia y Francia, es decir, países con una producción cinematográfica ingente se ven perjudicados por esto puesto que se ven obligados a elegir entre una gran cantidad de filmes que tienen igual probabilidad de ganar, por ejemplo, en la 80va ceremonia de los premios el excelente filme “La Vie en Rose” no pudo ser nominada porque Francia optó por “Persépolis” un filme fantástico e igualmente aclamado por la crítica, pero a mí no me parece una mala política, creo que a ningún venezolano debería parecerle una mala política, porque da el chance a países con tradición de producción cinematográfica menos desarrolladas y más precarias la posibilidad de ser considerados en igualdad de condiciones con países que sí la tienen, por eso vemos frecuentemente países como Bosnia-Herzegovina o Islandia siendo nominadas. La crítica que si hago es referente al criterio de diferenciación de países, me acuerdo que el productor Humbert Balsam enlistó al maravilloso filme “Divine Intervention” a nombre de Palestina y fue rechazado porque Palestina no figura como Estado dentro de la lista de países de la Academia, esto desató un horda de protestas alegando que la Academia es mayormente judía, lo cual es en parte cierto gran parte del comité directivo es judío, aunque el plantel de votantes tiene pluralidad; y yo no quiero ponerme “Franja de Gaza” en este aspecto pero yo creo que hay algo de cierto en las protestas, puesto que en años anteriores películas habían sido nominadas en nombre de Puerto Rico o Hong Kong, las cuales tampoco califican como Estados bajo ningún concepto, entonces no había ninguna política coherente para haber rechazado a “Divine Intervention”, años después siguiendo la tradición de la Academia intentaron enmendar el error nominando a “Paradise Now”, un filme aún mejor, hubiera sido un crimen no haberlo nominado, sin embargo grupos pro-israel objetaron la nominación puesto que en la página oficial de la Academia la nominación salía a nombre de Palestina, pero en la ceremonia el presentador del premio Will Smith calmó la controversia presentando a Paradise Now como de “Territorios Palestinos”.

También tengo problemas con la categoría de mejor película animada: me parece que es simplemente una excusa para no nominar el filme a mejor película, me parece muy injusto que desde el 2001 hayan decidido empezar a nominarlo, las únicas tres películas en ser nominadas a Mejor Película han sido “La Bella y la Bestia”, “Up” y “Toy Story 3”, de las cuales sólo tomo en serio la nominación de “La Bella y la Bestia”, no porque no tome en serio a Up o Toy Story sino que ahora que en la categoría de Mejor Película nominan a 10, meten un chorro de películas que uno está consciente que no tienen la menor posibilidad de ganar. Me parece que ha habido en el pasado millones de películas animadas que no sólo merecían ser nominadas sino ganar el renglón de Mejor Película tales como Blanca Nieves, Pinocho, Dumbo, Bambi, El Rey León, Mi Vecino Totoro, El Viaje de Chihiro, Wall-E y Up; películas superiores en calidad a una gran media de filmes “live action”, entonces la categoría de Mejor Película Animada me parece un premio de lástima como si te dieran un Óscar por Mejor Esfuerzo.

Pero todo esto no ha de importar, ganarse el Premio de la Academia es un evento que cambia tu epíteto, ya no eres cualquier persona ahora antes de presentarte te dicen: “Academy Award Winner…”, pasaste de ser un simple mortal a ser un ganador de la Academia ahora te reúnes en la historia con otros ganadores como Meryl Streep, Jack Nicholson, Bette Davis, Katharine Hepburn, Marlon Brando, James Stewart, John Ford, Michael Curtiz, William Wyler, Billy Wilder, etc… Ahora formas parte del legado más importante en el cine. Por lo tanto si bien yo respeto la Palma de Oro (Festival de Cannes), el Oso de Plata (Festival de Berlín) y el León de Oro (Festival de Venecia) ninguno equivale a ese pequeño hombre dorado, mi amiga se puede quedar con su integridad punk y antisistema, yo me sincero y sueño incesantemente con alguna maravillosa noche poder escuchar mi nombre luego de la frase: “And the Oscar goes to…”

2 comentarios:

Carlos... uno más dijo...

Creo que todos nos engañamos con la palabrita "Academia" y nos hacemos más ilusiones de las que son sensatas. No creo que se trate de premiar a la industria y no al mérito: el Óscar "es" la industria, en ningún momento hay expertos tanteando allí las credenciales de los nominados. Y si la cosa fuera premiar el mérito, hay años en que deberían declarar a una categoría vacante porque ninguna se merece el galardón. Que una película no gane el Óscar no es motivo para dejar de verla y que otra sí se lo gane tampoco es un aliciente infalible, dependiendo del caso. Me gustan los Óscar porque es la idea del cine concentrada: espectáculo, espectacular.

Cástor, no ese el otro dijo...

Excelentemente dicho mi estimado

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